Una joya arquitectónica con alma histórica en el corazón de Bakio
En uno de los rincones más emblemáticos de la costa vizcaína, donde las casonas señoriales cuentan historias de ultramar, se alza esta majestuosa propiedad conocida como la Villa Clotilde. Un testimonio arquitectónico del esplendor de finales del siglo XIX, con su característica torre piramidal, cubierta en mansarda y una envolvente estética de influencia francesa.
Con una superficie construida de 636 m² según catastro, distribuidos en cuatro plantas —sótano, planta principal, primera planta y segunda planta con acceso a torreón—, la vivienda se asienta sobre una parcela privada de 720,95 m² según catastro, completamente llana y con orientación privilegiada, ajardinada con muchas posibilidades. Un oasis íntimo en el centro urbano de Bakio.
El sótano, ofrece múltiples posibilidades: desde bodega o gimnasio hasta sala de juegos o cine privado.
La planta principal nos recibe con un elegante porche acristalado que da paso a un amplio vestíbulo y distribuidor. En esta planta encontramos también un baño completo, una cocina office con zona independiente de lavandería, un acogedor comedor con acceso directo a la terraza, un amplio salón y un despacho ideal para trabajar o relajarse con vistas al jardín.
Mediante una elegante escalera que conecta toda la casa, la cual cuenta con una silla elevadora para que accedamos cómodamente a la primera planta, donde nos recibe un nuevo distribuidor y un precioso mirador acristalado. Aquí se encuentran cuatro dormitorios, todos con salida a balcones individuales. El dormitorio principal destaca por su amplitud, baño en suite y un vestidor que combina funcionalidad y elegancia. Esta planta cuenta también con un cuarto de baño adicional.
La segunda planta, alberga otras cuatro habitaciones, un distribuidor, un hall que da paso a una terraza exterior y la estructura más icónica de la villa, la torre piramidal.
Desde sus balcones se respira la brisa del Cantábrico: la playa está a menos de 500 metros a pie. En apenas unos minutos se accede caminando a comercios, panaderías, supermercados, farmacias, bares, restaurantes y todo lo necesario para el día a día.
La parada de autobús que conecta con Bilbao está muy próxima, permitiendo llegar a la capital en apenas 30 minutos. Además, el aeropuerto de Bilbao se encuentra a menos de 35 minutos en coche, lo que convierte esta villa en una opción ideal tanto como residencia habitual como segunda vivienda de alto nivel.
El enclave está rodeado de viñedos de txakoli, rutas costeras, historia y gastronomía. San Juan de Gaztelugatxe, uno de los iconos naturales del País Vasco, se encuentra a escasos kilómetros.
Una oportunidad irrepetible para adquirir una propiedad con historia, alma… y un futuro por escribir.
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